domingo, 18 de diciembre de 2016

El Sikorsky S-40

El Sikorsky S-40, desarrollado por la Sikorsky para Pan American Airways a principios de la década de 1930, no sólo fue el hidroavión más grande cuando apareció, sino el mayor anfibio jamás construido.


A fines de los años 1920, Pan American desarrollaba sus operaciones anfibias con los pequeños Sikorsky S-38, y estaba quedando claro que eran insuficientes para cubrir la creciente demanda, así que la aerolínea solicitó a Igor Sikorsky la provisión de un avión capaz de transportar a 38 pasajeros con la mayor comodidad posible.

La respuesta de Sikorsky fue el S-40. Sólo se construyeron tres ejemplares, en gran medida a que Juan Trippe, propietario de Pan American, no estaba muy satisfecho con el anticuado diseño, que por la cantidad de cables que utilizaba para mantener su integridad fue bautizado «bosque volador». De hecho, su sucesor, el S-42, fue concebido por Sikorsky durante el vuelo de aceptación del S-40.

Ese vuelo se llevó a cabo en abril de 1931, con Charles Lindbergh en los controles y Basil Rowe como acompañante. El aparato entró en servicio el 19 de noviembre del mismo año, en la ruta Miami-Zona del Canal, con paradas en Cienfuegos, Kingston y Barranquilla.

El primero de los S-40, el NC80V American Clipper, fue bautizado por la Señora Hoover, esposa del Presidente de los Estados Unidos, en la Estación Naval Anacostia, en Washington DC, el 10 de octubre de 1931. El bautismo se realizó con una botella de agua del Caribe, ya que regía en el país la famosa Prohibición.

La Sra, Hoover bautiza el S-40 American Clipper. Detrás, Juan Trippe.

El S-40 tiene el raro récord de no haber protagonizado ningún incidente durante su vida, con más de 10 millones de millas recorridas. Cuando los Estados Unidos entraron en la II Guerra Mundial, los tres aparatos fueron requisados y asignados a prestar servicio en la US Navy. Finalmente, los tres fueron convertidos en chatarra, a partir de 1943.

El S-40 fue el primer gran hidroavión de Pan American Airways, una aerolínea que se caracterizaría por emplear este tipo de aeronaves. También fue el avión que inauguraría la práctica de dar a los aparatos de la compañía un nombre de «Clipper» (aquellos veloces barcos que surcaban los mares en el siglo XIX). Esta costumbre formaba parte de una estrategia de Trippe para enfrentar a su mayor competencia: los viajes por mar. Así, impuso el uso de uniformes de estilo naval en las tripulaciones, y obligó al empleo de terminología marítima en las publicidades.


Pronto, los S-40 se convirtieron en una figura familiar no sólo en su base de Dinner Key (Miami), sino también en Buenos Aires, Santiago, Río de Janeiro, Bogotá, Lima, etc., ya que sus cuatro motores y su gran capacidad (40 plazas en los recorridos de 800 kilómetros y 24 en los de 1500 km) lo hacían ideal para las rutas largas de la compañía.

Cabina de Pasajeros del American Clipper. 1931.

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