El Sikorsky S-40, desarrollado por la
Sikorsky para Pan American Airways a principios de la década de 1930, no sólo
fue el hidroavión más grande cuando apareció, sino el mayor anfibio jamás
construido.
A fines de los años 1920, Pan American desarrollaba
sus operaciones anfibias con los pequeños Sikorsky S-38, y estaba quedando
claro que eran insuficientes para cubrir la creciente demanda, así que la
aerolínea solicitó a Igor Sikorsky la provisión de un avión capaz de
transportar a 38 pasajeros con la mayor comodidad posible.
La respuesta de Sikorsky fue el S-40. Sólo se
construyeron tres ejemplares, en gran medida a que Juan Trippe, propietario de
Pan American, no estaba muy satisfecho con el anticuado diseño, que por la
cantidad de cables que utilizaba para mantener su integridad fue bautizado
«bosque volador». De hecho, su sucesor, el S-42, fue concebido por Sikorsky
durante el vuelo de aceptación del S-40.
Ese vuelo se llevó a cabo en abril de 1931, con
Charles Lindbergh en los controles y Basil Rowe como acompañante. El aparato entró
en servicio el 19 de noviembre del mismo año, en la ruta Miami-Zona del Canal,
con paradas en Cienfuegos, Kingston y Barranquilla.
El primero de los S-40, el NC80V American Clipper, fue bautizado por la
Señora Hoover, esposa del Presidente de los Estados Unidos, en la Estación Naval
Anacostia, en Washington DC, el 10 de octubre de 1931. El bautismo se realizó
con una botella de agua del Caribe, ya que regía en el país la famosa
Prohibición.
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La Sra, Hoover bautiza el S-40 American Clipper. Detrás, Juan Trippe. |
El S-40 tiene el raro récord de no haber
protagonizado ningún incidente durante su vida, con más de 10 millones de
millas recorridas. Cuando los Estados Unidos entraron en la II Guerra Mundial,
los tres aparatos fueron requisados y asignados a prestar servicio en la US
Navy. Finalmente, los tres fueron convertidos en chatarra, a partir de 1943.
El S-40 fue el primer gran hidroavión de Pan
American Airways, una aerolínea que se caracterizaría por emplear este tipo de
aeronaves. También fue el avión que inauguraría la práctica de dar a los
aparatos de la compañía un nombre de «Clipper» (aquellos veloces barcos que
surcaban los mares en el siglo XIX). Esta costumbre formaba parte de una
estrategia de Trippe para enfrentar a su mayor competencia: los viajes por mar.
Así, impuso el uso de uniformes de estilo naval en las tripulaciones, y obligó
al empleo de terminología marítima en las publicidades.
Pronto, los S-40 se convirtieron en una
figura familiar no sólo en su base de Dinner Key (Miami), sino también en
Buenos Aires, Santiago, Río de Janeiro, Bogotá, Lima, etc., ya que sus cuatro
motores y su gran capacidad (40 plazas en los recorridos de 800 kilómetros y 24
en los de 1500 km)
lo hacían ideal para las rutas largas de la compañía.
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Cabina de Pasajeros del American Clipper. 1931. |